Reseña de “El chico de la barba erizada”

Una vida insípida, un barrio y una madre sobreprotectora. Ingredientes suficientes para crear una novela centrada en un personaje encerrado en un mundo virtual y que, cuando descubre la realidad —empujada en forma de mujer—, decide zambullirse de lleno en ella.

Ricardo Mañosa es el protagonista de El chico de la barba erizada, novela escrita por Pedro Cortés Barrero, un chico encerrado en un mundo virtual; lo que, unido al pánico que le provoca la vida social, hace de él una persona tímida e introvertida. Su madre también ayuda a esa personalidad, puesto que ejerce sobre él una protección desmesurada. Todo ello le lleva a vivir en casa y bajo la autoridad de su madre.

Pero una serie de sucesos le obligarán a poner los dos pies en la calle y enfrentarse a la vida a cara descubierta. Entre otros, la súbita aparición de Emma, que le abre los ojos y llena su vida de sensaciones diferentes.

Y todo ello con su barba como referente, la misma que harán de él un faro de lucha y un referente para todos los que están a su alrededor. Entre otras cosas, de la codicia que aparece en sus ojos y en lo que tendrá mucho que ver otra mujer, Carol; la chica de las piernas largas.

Una novela que ofrece un retrato de cómo la introspección puede saltar en pedazos en cualquier momento cuando cualquier impulso, y más si se trata de una mujer, le invita a descubrir un mundo vedado hasta entonces. La realidad del choque, la perspectiva de una realidad hasta entonces desconocida y la capacidad de adaptación al mismo, y el poder que el amor puede ejercer en una persona hasta, además de liberarla, transformarla en otra bien distinta, son los vértices sobre los que pivota esta interesante novela de Pedro Cortés Barrero. Una buena oportunidad para conocer mejor la psicología humana y a todos aquellos que deciden un buen día salir de su aislamiento para enfrentarse a la realidad.

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