Un accidente cambia la vida de cualquiera. Da lo mismo si se es protagonista del mismo o mero espectador; el efecto suele ser devastador en la mayoría de los casos. ¿Y si ese accidente trae consigo un nuevo amor? Entonces se entra en una nueva dimensión. Tan difícil de prever como incalculables sus consecuencias.
Eso es lo que le ocurre a Valeria, protagonista de El último día de siete años, la nueva novela de Pepa Carrero del Olmo. Un accidente detiene su tranquilo discurrir por una carretera. De inmediato, y a la vista de las consecuencias, decide socorrer a los heridos. Y es ahí donde el destino pone en marcha su contador especial; ése que maneja a su antojo para dar lugar a todo tipo de momentos y situaciones.
Porque todos los accidentados entrarán a partir de ese momento en la vida de Valeria, y sin darse cuenta. Y uno en especial, más si cabe. Un nuevo amor, una nueva vida, un nuevo escenario por vivir. Pero el contador sigue corriendo. Tic, tac, tic, tac. Y no precisamente en la dirección que desea.
Nada es lo que parece, o más bien lo que ella quiere que parezca. Porque el nuevo amor abre sin querer las puertas del pasado. Un pasado nada agradable, lleno de infortunios. Sin embargo, la fuerza del amor es más poderosa que el pasado. Y Valeria quiere volver a intentarlo con el nuevo amor que se ha cruzado en su vida. Y cerrando las puertas al pasado de manera definitiva. Mientras, el contador del destino prosigue su marcha de manera independiente. Porque es dueño de todo y de todos, hace y deshace a su antojo. Y a Valeria le ha reservado una sorpresa. Algo que se desvaneció hace mucho, pero que mucho tiempo…