¿Se puede reconstruir la vida de una persona a partir de todos sus retazos, por desperdigados que se encuentren, para darles un sentido, una coherencia? No te hablamos de unos cuantos años, sino de varias generaciones. Personas, hechos, acontecimientos… Eso es lo que te plantea La escritora, de Sonia Lembeye.
Lo que te proponíamos en la entradilla de este post, ¿serías capaz de hacerlo? Más si lo que tienes que ordenar, lo que quieres relatar, es la vida de tu familia desde finales del siglo XIX hasta otro tanto del XX. Lugares, personajes, momentos, acciones… ¿Complicado?
Basta con que alguien se anime a hacerlo. Y no tiene por qué ser la persona más avezada ni tampoco la que más recuerdos tenga, o la que posea la experiencia y conocimientos suficientes para hacerlo. Ganas, deseo, interés. Sólo se necesita eso. Y si además existe talento, mejor que mejor.
Lo que se propuso hacer una humilde niñera. Sabía de la historia de su marido y cuñados. Demasiados acontecimientos, hechos y personas como para que cayeran en el olvido. Y se propuso recopilarlos todos y darles vida en forma de libro.
Pero la niñera no sabía que su curiosidad original se iba a convertir en una tarea titánica. Porque no sólo se trataba de contar, de recopilar cientos y cientos de recuerdos, sino también de comprender el origen de la tristeza de su esposo. Una tristeza infinita de la que ella, sin quererlo, también será partícipe…
Con una riqueza de vocabulario sin igual, Sonia Lembeye describe en La escritora cada lugar en el que vivió una familia ambiciosa, cada acontecimiento que, de una u otra manera, marcó el devenir de sus miembros. Una familia que llegó al tope de la escala social a base de sacrificar más de lo sacrificable. Y es que, tarde o temprano, todo lo que hacemos deja huella en esta vida.
