Hemos querido charlar con Roxana Recio, autora de “La piel del tiburón“, para que nos cuente algunos de los secretos de su obra. He aquí la entrevista resultante:
¿Qué se va a encontrar el lector en esta obra?
Se va a encontrar un retrato de la sociedad a través de su protagonista, Rafael. Será una serie de situaciones concatenadas la que sumerja al lector en un mundo del que no va a poder salir ni siquiera al final, porque el libro termina con una incógnita. Se puede decir que con unas pinceladas poéticas el narrador conduce al lector, por medio de un enigma, a que sea él mismo quien tenga que determinar cuál es el final de la novela.
¿Por qué esta obra? ¿Qué te propones con ella?
Lo que me he propuesto al escribir La piel del tiburón es presentar una nueva manera de contar las cosas y alejarme de los tópicos y las historias que se publican más frecuentemente, sin apartarme de los hechos que suceden en la sociedad; que el lector vea de un modo diferente, utilizando recursos narrativos que se catalogan como en desuso o pasados de moda. Por ejemplo, la carta o la introducción de un poema en el marco narrativo que lo complementa.
¿Qué recomendarías al lector antes de comenzar a navegar por las páginas de esta obra?
Mi recomendación es que no vaya en busca de una historia narrada de una manera fácil y convencional. En esta obra muchas de las respuestas se encuentran donde menos te lo esperas: en una simple conversación, en una situación que no tiene nada que ver con lo que en ese momento estás leyendo. Creo que uno de los aciertos de la novela es que parte de narraciones tradicionales, como pueden ser la descripción del campo castellano o unas imágenes religiosas, para después transformar la acción en algo nuevo que sirve para incrementar el clima de tensión de la novela. Es decir, se rompe lo tradicional en función de un discurso narrativo diferente.
¿Cómo surgió la historia de escribir esta obra?
Cuando empecé a ver la maldad, imposible de erradicar, en los centros de trabajo y en la mayoría de las personas dentro de este mundo competitivo. También, cuando empecé a ver la falsa de compromiso que existe para todo. Me convencí de que las normas de comportamiento por los que se rige la sociedad podían ser descritas y presentadas de una manera en que se viera claramente el mal y el efecto negativo que causan a las personas y a la sociedad. Sin embargo, esta motivación está envuelta en la ficción y no hay ningún tipo de ideología, doctrina o moral en la novela. En todo caso, es el lector el que va a calificar las acciones y situaciones según vaya leyéndola.
¿Dónde te has inspirado para escribir esta obra?
Caminando por las mágicas calles de mi Madrid. Literariamente hablando, se podría decir que es el resultado de muchos años de lectura.
¿Qué método utilizas a la hora de escribir?
Personalmente creo que esta pregunta y la que sigue (“¿Qué reglas sigues para escribir una novela como esta?”) van unidas. Me he basado en la intercalación de niveles narrativos que sirvan para mantener alerta e interesado al lector. No sé si puedo hablar de método, pero hay dos consideraciones cervantinas que siempre tengo presentes: la verosimilitud y la discreción. En el caso concreto de La piel del tiburón he modificado la verosimilitud, partiendo de ella, para crear incertidumbre.
Valora brevemente Lacre Ediciones.
Una editorial seria que da prioridad al manuscrito que se presenta y que ellos dictaminan, antes que a una narración siguiendo las modas. Busca principalmente lo nuevo y se arriesga con escritores desconocidos que pueden tener diferentes perspectivas y tendencias literarias. Para mí ha sido una suerte que hayan aceptado mi manuscrito y aconsejo sinceramente que cualquier escritor que quiera publicar su novela mande su obra a Lacre Ediciones.