Borja Gutiérrez Iglesias es alcalde de Brunete, una localidad situada al noroeste de Madrid. Figura pública, en definitiva. Por eso ha decidido lanzarse al ruedo editorial. Para contar su historia, su trayectoria. Pero lo hace de una manera un tanto peculiar, mezclando ideas, opiniones y el tiempo que le ha tocado vivir. El resultado es ‘Rasgando las investiduras’. Y no te dejará indiferente.
¿Quién es Borja Gutiérrez Iglesias? Deja que sea él mismo quien se defina: “Mi nombre comienza con “BOR” y acaba con “JA”, pero en medio cabe toda una historia personal y humana, tan sorprendente, divertida y desasosegadora, como la tuya propia, querido lector…”.
Borja Gutiérrez Iglesias. “El doble perfecto, mimético, gemelo-mellizo, espejo prístino, sin mácula alguna de deformación, de Joaquín Cortés, no es broma”. Un tipo cuyo reino particular era el desván de la casa de la casa que sus padres habían heredado de su abuela. Un espacio que “albergaba terroríficos monstruos, esos a los que los “mortales” denomináis “ratones”.
Y un tipo que creció. Y que, con el tiempo, se convirtió en alcalde de Brunete. “Brunete nunca camina solo…”. Siempre había pensado que mi abuela parecía haber sido la autora del eslogan precursor del lema del Liverpool, anticipándose desde su preclara sabiduría”. Un pueblo con historia. “Esa historia de un pueblo que se construye desde el día a día, desde el trabajo, el esfuerzo, los sinsabores y alegrías de cada uno de sus habitantes. Y es dinámica, activa, a veces amarga, en ocasiones dulce…”. Su alcalde, el definitiva. “Yo soy ese único político del municipio que ha dado la cara, cocina tras cocina, comercio tras comercio, yo ese cartel que todos reconocen. ¿Dónde estaban los otros bandos?”.
Un hombre, en definitiva, con una serie de valores inculcados: “Escuchar, dialogar, entenderse desde la lógica discrepancia de determinadas ideas y visiones de la sociedad debería ser una máxima que todos habríamos de aplicar en cualquier ámbito de nuestra vida”.
Y te está esperando en las librerías.