Pedro R. Ortiz mezcla futuro, sus designios y la firme creencia en ellos, y el destino en su novela Los susurros de Santa Bárbara. Y lo hace con una maestría que no deberías perderte. Por eso, y para captar tu atención, le hemos pedido que nos cuente algunas curiosidades acerca de su novela.
«Esta novela comencé a escribirla hace mucho tiempo —cuenta Pedro R. Ortiz—, y fue pasando por diversas etapas y cambios. La cuestión de las creencias, las convicciones, los valores personales, todo ello mezclado con las raíces, los orígenes, el folclore, forman parte, en cualquier caso, de los temas principales de la novela. La cuestión del fanatismo, que es muy de actualidad, es un elemento subyacente de la historia».
Lo más complicado, para él, fue la concepción de un personaje un poco atormentado como es Santiago, aunque él mismo no lo sepa, y que va evolucionando poco a poco desde la ingenuidad hasta convertirse en alguien con un lado sombrío y algo siniestro. «Creo que el hecho de ser psicólogo y psicoanalista de profesión me permitió crear un personaje con un conflicto complejo, y que espero haya resultado lo suficientemente creíble y a la vez atractivo. A mi me gusta ese personaje porque me parece auténtico, raro», confiesa.
Asimismo, quiso contar el encuentro de culturas desde su punto de vista. «La historia se desarrolla entre una isla del Caribe y Europa. Eso me salió de manera simple, inmediata. Luego está el asunto de los idiomas, el español y la presencia del francés, aunque sea de manera tácita. Esa idea de que el personaje principal viaje mucho, recorra varios países, no es casual; yo mismo he vivido en Venezuela, España, Francia y Bélgica, país en el que llevo casi 20 años viviendo. Quise reseñar cosas que me impactaron particularmente cuando llegué allí».
¿Por qué Santa Bárbara? «Hay varias cosas —admite—, principalmente una anécdota relacionada con la manera en que se rinde culto a esta santa en algunos lugares, principalmente en Venezuela, y al mismo tiempo, una especie de secretismo que envuelve los rituales a los cuales no todo el mundo puede participar, que me tocó presenciar. Como no tuve acceso, me inventé entonces mi propia historia. Pero, por otro lado, están todos esos lugares llamados Santa Bárbara en muchas partes del mundo, y es como un homenaje a esas tierras y las personas nacidas allí».
Por último, la intriga, que se va desarrollando de manera paulatina, «roza la locura», en palabras del autor. La obsesión, el delirio, la fragilidad de un personaje como Santiago. Pero, además, de otros como Marina, en su rol de amante incondicional. «Siempre me ha gustado escribir sobre personajes imperfectos, como la vida misma», concluye.
Ya tienes una lectura más que acometer. ¿Te animas?