Curiosidades de “La verdadera historia del bucicarlos Vengador”, de Fernando Busto de la Vega

Leer a Fernando Busto de la Vega es una delicia. Y si, además, nos regala una novela como La verdadera historia del bucicarlos Vengador, la cosa ya es de ovación y vuelta al ruedo. Una novela, una guía de viajes… Una maravilla, repetimos. Así que le hemos pedido que nos cuente más acerca de la trama de dicha novela, de su proceso de elaboración. Lo que nos cuenta no tiene desperdicio, ya te lo advertimos.

Porque, como el mismo autor nos aclara antes de entrar en materia, “además de una apasionante y entretenida novela de aventuras, La verdadera historia del bucicarlos Vengador puede leerse como una eficaz e insólita guía de viajes. Siguiéndola podemos descubrir (y visitar) una larga serie de magníficas playas tanto cantábricas como gaditanas, así como encontrar estimulantes recorridos de preciosas ciudades y pintorescas comarcas, algunas injustamente desconocidas, a lo largo y ancho de la piel de toro y hasta de América. Es un libro que, además de divertirnos leyéndolo, puede divertirnos viajándolo”.

Y es que, si de algo se puede catalogar esta novela, es de ver la luz en un momento tremendamente oportuno. ¿Cuál? Atención a la explicación de Busto de la Vega: “En un momento de efervescencia feminista, uno de sus personajes protagonistas, Alfonsa, puede servir de estímulo o de reflexión. Pasa toda la novela tratando de salir de la explotación a que vive sometida por su condición femenina, luchando por hacerse fuerte y ver respetada su dignidad, utilizando, quizá, métodos excesivos y equivocados, pero sin dejar de amar y de aspirar a más”.

Del argumento, el propio autor te da estas pinceladas: “Es una novela que transcurre en un periodo histórico con tres guerras civiles simultáneas (cantonal, carlista y de Cuba) más una cuarta contra los piratas malayos (más o menos por la época de Sandokan, pero en Filipinas) y en la que aparecen desde Curro Jiménez a Sherlock Holmes, el capitán Nemo o Álvaro Mesía (éste intentando ligarse a una Ana Ozores muy diferente de la de la Regenta); en la que se cuenta el origen histórico de los piercings genitales en la Inglaterra victoriana o los últimos coletazos del mesmerismo en relación con Blanco Romasanta, el hombre lobo gallego”. ¿Qué? ¿Cómo se te ha quedado el cuerpo? El mejor resumen es el que realiza Fernando Busto de la Vega: “Es lo suficientemente loca y variada como para pararse a leerla”.

Por cierto, y antes de acabar estas curiosidades, ¿sabes lo que es un bucicarlos? ¿Ni flores? Fernando, por favor, ¿nos lo aclaras? “¿Que qué demonios es un bucicarlos? La novela responde explicando también qué fueron un ictineo o un garcibuzo, máquinas reales de la época que pertenecen a la historia de la ciencia en España, y cuyo destino explica resumidamente y bien a las claras porqué, a lo largo del siglo XIX, pasamos de ser una superpotencia no sólo en lo político y militar, también en lo cultural y científico, a convertirnos en un país tercermundista a la cola en investigación e innovación. Quién tuvo la culpa y quién sigue teniéndola. Se trata, en el fondo, de una forma amena y sencilla de conocer la historia de España más allá de partidismos y demagogias y de comprender también nuestro presente”.

Y te está esperando en las librerías. ¡Ni te lo pienses!

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