Claves de un buen argumento: el entorno

 

Imaginarse el entorno, el lugar o lugares donde convivirán tus personajes. Esencial y, a la vez, vital para el desarrollo de la acción. Si es un lugar ficticio, no tendrás problemas, pero si lo que quieres es recrear un lugar real, entonces tendrás que actuar de otra manera.

Y es que la mejor manera de transmitirle al lector todo lo que un lugar es capaz de contar es conociéndolo sobre el terreno. Por lo tanto, si tu novela se va a desarrollar en lugares reales, lo mejor que puedes hacer es visitarlos.

¿Cómo hacerlo? Si se trata de una novela histórica y quieres ubicar escenarios, te recomendamos que utilices un mapa de época actual por el haz y de la época en la que se desarrolle tu novela en el envés. Así te será más sencillo localizar lugares y escenarios que tengas en mente.

Por otro lado, y a la hora de recrear las escenas que quieras escribir, tampoco te vendría mal revivirlas por ti mismo en esos escenarios. Es decir, sentir la emoción que suscita un encuentro en tal o cual calle, o qué le pasa por la cabeza a un determinado personaje al verse rodeado en un punto concreto de la ciudad, por poner varios ejemplos.

En definitiva, se trata de que tengas en cuenta que el escenario es un lugar vivo y que juega un papel fundamental en la novela. De ahí que lo trates con la importancia que merece, que te documentes bien y con la mayor precisión posible para que el lector se introduzca en la atmósfera y se sienta dentro de ella igual que lo hacen los personajes.

Así conseguirás una imagen de credibilidad para tu obra, y también la dotarás de una autenticidad que la hará más original si cabe a ojos de tus lectores. Y cuanto mejor trates el escenario, éstos más lo apreciarán.

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