Claves de un buen argumento: la elección de un conflicto

 

En este punto te vamos a dar una serie de pautas para desarrollar la causa o culpa del comportamiento de los personajes. Que no tiene por qué ser un conflicto en sí, pero sí algo que sirva de excusa a su manera de comportarse a lo largo de la trama.

Hemos dicho conflicto y podríamos haber dicho causa, motivo, circunstancia, etc. Cualquier cosa que motive la manera de actuar de los personajes de la novela que tienes en la cabeza. Porque tienen que actuar según un guion, una circunstancia, algo que se te haya ocurrido y explique su comportamiento.

Ten en cuenta que ese conflicto ha de ser un elemento que has de tener en cuenta desde el principio, y si no, lo más pronto posible porque será la base que te permitirá desarrollar posteriormente la trama y cómo se desenvuelven los personajes en ella. Y es importante que lo tengas en cuenta porque, después, habrás de afrontarlo desde un punto de vista lógico en lo que a su progresión se refiere.

¿Qué queremos decir? Que, si vas a escribir una novela negra y vas a partir de un asesinato ya cometido, habrás de empezar con las causas que lo motivaron, el lugar y los personajes que intervienen en él. A partir de ahí tendrás que tener en cuenta que cada movimiento, cada actuación o diálogo de los personajes deberán llevar un orden lógico y consecuente con la acción que estés narrando. De nada te sirve tener un punto del que partir, con unos personajes definidos, los lugares donde todo se va a desarrollar, si luego saltas de un punto a otro, das paso a personajes que poco o nada tienen que ver con el momento, o bien anticipas lo que va a suceder y te olvidas de ello casi hasta el final de la novela por querer sorprender al lector.

Cuanto más definido tengas el conflicto del que partir y de qué manera se desarrollará, más sencillo te resultará escribir la novela, situar los personajes en ella, las acciones, etcétera.

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